La existencia de una tienda de paraguas en Logroño hoy en día no sería posible si en el 2.400 Antes de Cristo la cultura de la Antigua China no hubiera dejado algunas referencias sobre la existencia de este invento. En este nuevo post hablaremos sobre la invención y desarrollo de uno de los objetos más útiles de nuestro día a día.

No debemos confundir paraguas con sombrillas, aunque en alguna ocasión se puedan intercambiar los papeles. Ambos productos tuvieron desarrollos diferentes ya desde el inicio. La sombrilla, en su caso, se utilizaba para proteger a las altas personalidades de la India, Egipto u Oriente Medio del sol. Como decíamos, fue la Antigua China la sociedad que primero dejó constancia de la existencia del paraguas. La referencia más antigua que se conoce es la hallada en la tumba del emperador Qin Shi Huang, donde el carruaje atado a las esculturas de terracota tiene un paraguas.

El invento como tal no se sabe quién lo desarrolló. Existe una leyenda que dice que dos hermanos apostaron para ver quién conseguiría crear antes un objeto que les protegiera de la lluvia. Una joven llamada Lu Mei sería la que desarrollaría el prototipo del objeto que hoy en día encontraríamos en una tienda de paraguas en Logroño. Su diseño constaba de un bastón del cual surgían 32 varillas de bambú para terminar en una tela que lo cubría todo. No obstante, repetimos que esto no está probado y puede que no se trate más que de una leyenda.

Fue la Ruta de la Seda la que hizo que los paraguas salieran de China en dirección al resto del mundo. Pero no siempre fue fácil utilizar este objeto. Por ejemplo, en Inglaterra en el siglo XVIII era símbolo de bajo status, ya que significaba que no tenías dinero para costearte un carruaje que te protegiera de la lluvia. Fue en la época victoriana cuando se normalizó la venta y uso de este invento.

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